El 3 de marzo de 1971, el futbolista icono de nuestra historia, pasó a la inmortalidad. El recuerdo de uno de los días más tristes para los charrúas.
Un día como hoy hace medio siglo atrás, Rosario amaneció lluviosa y una noticia paralizó el andar de aquella mañana de verano. A las 8.40 horas, Gabino Sosa falleció luego de varios días de internación en el viejo Policlínico Ferroviario, actual Hospital Privado.
El Negro tenía 71 años y había ingresado al nosocomio sito en Presidente Roca 2440, el 5 de enero, por un tumor en la columna y durante todo momento recibió al apoyo y cariño de los hinchas y la visita de exfutbolistas a la sala número uno. El ejemplo claro se dio cuando se realizó un pedido de donación de sangre y el cupo se completó en apenas unas horas, quedando muchísima gente en la lista de espera.
Los costos de sus días en el policlínico se solventaron con aporte y donaciones que llegaron desde distintas personalidades vinculadas al deporte mediante una cuenta bancaria que abrió el Círculo de Periodistas Deportivos. El Interventor en el Consejo Federal de AFA, Luis Sobrino Aranda acercó un cheque por 50 mil pesos y el Ñaró Boxing Club, de la mano de su promotor Armando Maccioni, depositó 10.500 pesos.
Sin embargo, el Negro no pudo gambetear al destino y en el amanecer del 3 de marzo, su corazón dijo basta. Las autoridades del club encabezadas por el presidente Francisco Quirós resolvieron efectuar el sepelio en el histórico salón de la sede social. Un incesante ir y venir de rosarinos se hizo presente en aquel atardecer. Al día siguiente, sus restos fueron trasladados al cementerio La Piedad, donde descansan en la actualidad.
Gabino cumplió su trayectoria durante 22 años vistiendo la casaca charrúa y apenas salteó durante 1920 cuando, por cumplir el servicio militar, jugó una temporada en Instituto de Córdoba. Su llegada al club en 1916, a diez años de su fundación, sirvió para moldear futbolistas y planteles, dándole la identificad futbolística que dio sus frutos a comienzos del profesionalismo cuando Central Córdoba ganó sus primeros campeonatos locales, incluyendo la obtención de su único logro nacional: el trofeo "Adrián Beccar Varela" en 1934.
El club agradeció los 408 partidos, 116 goles y cinco títulos vistiendo la blusa azul y roja, teniendo un paso fugaz como entrenador en la temporada 1939/40 y ganador del campeonato del Litoral, invitándolo a cada aniversario y homenaje que se dieron a su persona. El más importante, se dio el 7 de noviembre de 1969, cuando entronizó con su nombre al estadio donde exhibió proezas futboleras.
Gabino se convirtió en el prototipo del futbolista rosarino, esgrimiendo las cualidades de gambeta corta, pase al compañero y manejo acertado del abanico de atacantes. De esta manera, comandó innumerables de equipos y combinados, incluyendo su paso por el seleccionado Nacional entre 1921-1926, donde ganó el torneo Sudamericano de 1921 en Buenos Aires.
Hoy, a 50 años de su muerte, Gabino Sosa vive en los claros y potreros barriales de la ciudad, donde los pibes sueñan con ser como aquel maestro...